Hoy traemos a este humilde blog la colaboración de mi hermano y mejor amigo TxetxoMandinga (foto izq.), actual guitarrista de Gran Banda Mandinga (banda de skápunkrock de La Laguna, Tenerife) y guitarra de los Conemrad, banda puntera en Tenerife desde 1985 hasta 1998, que evolucionó desde un sonido Ská - Oi! hasta un gran Hard Rock en los 90. Gracias Txetxo, Te Quiero!!
Hay personajes que por una u otra razón le caen a uno bien, igual que hay otros que le resultan tan capullos que todo lo que hagan es inaceptable. Steve Jones es para mí uno de los primeros. Quizá sea por su origen inconfundiblemente macarra, capaz de dotar de autenticidad a poses de feria como las que sin duda siempre hicieron gala los Pistols. De padres despreocupados y de formación cleptómana, Steve es un ser nacido para provocar a base de insultos a los bienpensantes londinenses. Sin proponérselo, el que fuera guitarra de los Sex Pistols creció en una generación que en los ’70 se encontró de frente con el desengaño del estado del bienestar frustrado, aquél que se derrumbaba en medio de una crisis económica profunda (te suena?).
Steve cogió la guitarra (una cualquiera de las que había robado del Hammersmith) y aprendió cuatro acordes indispensables para imitar a Johny Thunders y tocar en una banda de punk rock. El resto ya todos lo conocen: Johnny Rotten, Paul Cook,Glen Matlock, el desgraciado de Vicious y el aprovechado de McLaren... Tan sólo dos añitos de vida que tuvieron los Sex Pistols y por mucho que a algunos intelectualillos les duela resulta que esta panda de barriobajeros hooligans han influenciado a millones de tipos mosqueados con este planeta. Pero vamos al grano. No voy a hablarles de los Pistols sino de una joya que el gamberro de Steve nos legó una década después de haber roto con Rotten y compañía. Después de deambular por los ’80 entre jaco y sesiones de estudio para colaborar en múltiples proyectos de amigos (entre los que se cuentan sus admirados Thunders, Iggy Pop o Mike Jones de los Clash), Steve quiso enmendarse firmando para la RCA dos discos en solitario. En 1987 sale a la luz un proyecto ambiguo llamado Mercy, en el que divaga por los pastos del pop, para dos años después grabar una obra maestra del Hard Rock con título explosivo: Fire & Gasoline.
Por entonces a aquel clon de Thunders le habían crecido las melenas y los tatuajes, montaba una Harley y se le veía por Los Ángeles con tipos de la calaña de Mike Rourke... No voy a desglosar aquí las maravillas de este auténtico discazo (eso ya puede hacerlo el Txino que tiene más tiempo y más conocimientos que quien les habla). Sólo les diré que quien guste del buen Rock & Roll no puede morirse sin escuchar esta oda al renacimiento “aerosmithiano” que se respiraba a finales de los ’80. Les hago memoria con dos simples muestras: también por entonces había salido el bombazo del Appetite for Destruction (1987) de los Guns N’ Roses (un discazo a pesar del capullo del Axl), y ese mismo año, The Cult grababan su Sonic Temple (1989), confirmación magistral del giro guitarrero que la banda inglesa había preludiado con su maravilloso Electric (1987). Y, en fin, por qué no decirlo, algunos en nuestro micro-mundo particular también empezamos justo por aquel 1989 a guitarrear con más fuerza y a coquetear con el Hard Rock después de iniciarnos en la escuela punkarra (el LP de Conemrad, Número 8, será una buena muestra de esto!). De aquel ambiente no es de extrañar que Steve, que respiraba el mismo virus, se hiciera acompañar en su segundo proyecto en solitario de los propios Astbury y Duffy de los Cult, del mismo Axl Rose o de Nikky Sixx, bajista de los Motley Crue. El resultado fueron doce temazos (en el formato CD se incluyó como Bonus una versión del «Suffraggete City» de Bowie, quien fuera fuente recurrente de inspiración de todos los punks setenteros ingleses) que, veinte años después, no han perdido ni un ápice la fuerza con que fueron concebidos y magistralmente interpretados. El disco es un compendio de Riffs rotundos y precisos donde Steve nos da una lección magistral de Rock and Roll. Sin virtuosismos, sin desfases, casi de puntillas, este makarrilla del barrio de Sheperd's Bush de Londres nos legó un auténtico trallazo de buenas canciones (incluida la auto-versión del «I did U no Wrong» de los Pistols, berreada aquí por Axl) que merecen recordarse tanto como sus resonados insultos al rancio presentador de la Televisión inglesa Bill Grundy, en aquel lejano diciembre del ’76. Aquel día fue el comienzo del fin de los autodestructivos Pistols, pero como el ave fénix, Steve resurgió al menos en aquel 1989 cuando nos regaló su Fire & Gasoline. Quién sabe si aún nos guarda alguna sorpresa en la manga cuando acaba de cumplir los 54 tacos. 
Pues nada más, aquí tienes brother mis sensaciones sobre uno de mis discos imprescindibles. Pon el volumen a tope y espera a que tus orejas se encuentren con las ondas de la Les Paul de Steve rasgeando el inicio de ese himno llamado «Freedom Fighter». Con una entrada así es raro que un disco decepcione; y el resto ya sabes... Curioso: sí, amigo Steve, el Rock and Roll puede ser una gran estafa, pero también una realidad tan pura y auténtica que muchos no podríamos siquiera respirar sin ella. Gracias men.Gracias a tí hermano...y sin más, calienten motores y suban el volumen...I´m a Freedom Fighter!!!...Here I Go!!!
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